Brecha digital y acción cooperativa: cuando los lazos comunitarios ayudan a la no desconexión

Por Arístides Silvestris y Gaston Arcuri [*]

En el cotidiano de nuestros días solemos utilizar la gran nube que es Internet, directa o indirectamente para casi cualquier actividad que desarrollemos, frecuentemente para comunicarnos, distraernos, trabajar, educarnos e informarnos. Esta gran red ha transformado la forma en que nos relacionamos, y ha dejado de ser solo una tecnología. Sin embargo, esta nueva realidad no está al alcance de toda la población del planeta, y esto se evidenció notablemente con la aparición de la pandemia que nos obligó a ser más dependientes del mundo digital, ensanchando la brecha digital ya existente. 

Cuando hablamos de brecha digital, no debemos relacionarla solo con condiciones socioeconómicas, sino que evidentemente hay grandes diferencias en función a la ubicación dentro de nuestro extenso territorio. Es decir, según la localización dentro de nuestro país, existen variaciones en las posibilidades de acceso a servicios TICs de calidad, provocando desigualdad de oportunidades, desarraigo, concentración en grandes urbes, dificultades educativas, laborales, imposibilidad de establecimientos productivos, etc.

Es posible apreciar esta problemática en el informe CABASE Internet Index de la Cámara Argentina de Internet (CABASE) presentado en abril de 2021 correspondiente al segundo semestre de 2020, que a través de un relevamiento de las conexiones a nivel nacional, indica que solo el 51% de las conexiones fijas de banda ancha en Argentina alcanzan una velocidad superior a los 20 Mbps. Asimismo, la velocidad promedio de las conexiones fijas a internet a nivel nacional alcanzó los 40,67 Mbps en septiembre de 2020, mostrando un aumento de 1,68 veces respecto de la velocidad promedio relevada en septiembre de 2019.

Sin embargo, al profundizar en el análisis de la penetración a lo largo y ancho del país, los resultados del informe dan cuenta de una importante disparidad según la provincia y la región. En este sentido, es posible apreciar que la Ciudad de Buenos Aires tiene más conexiones que hogares, con un 108%, y la penetración a nivel nacional alcanza al 68% pero aún existen 9 provincias por debajo del 50%.

El Presidente de la CABASE, Ariel Graizer, resaltó que: “Desde el estallido de la pandemia, Internet ha demostrado ser una herramienta esencial para la producción, el trabajo y la educación de la población y como tal, necesita de leyes y regulaciones que contribuyan y promuevan su desarrollo, incentivando la inversión privada y poniendo en primer plano a las 1.200 PyMEs y cooperativas que son quienes tienen el desafío de llevar conexión a los lugares más alejados del país para conectar al 32% de los hogares que aún no cuentan con un servicio de banda ancha fija”.  [1] 

Es de esperarse que las pequeñas localidades sin conectividad tiendan a despoblarse, sufriendo desigualdades respecto a las grandes ciudades, teniendo como consecuencia un futuro desalentador para su población. En este sentido, el sector Cooperativo cumple un rol social muy importante, ya que brindan servicios de telecomunicaciones en los lugares donde no llegan las grandes empresas que tienen como eje de inversión la rentabilidad. Según el último listado de licenciatarios provisto por ENACOM, las cooperativas representan alrededor del 30% del total de prestadores de servicio. [2] 

Dentro de este 30% no se ve reflejado el número de usuarios o abonados, precisamente porque no es posible comparar las grandes Telcos que predominan en las zonas urbanas contra las Cooperativas que poseen gran capilaridad en lo territorial con escasa concentración de usuarios.

Estos datos pueden apreciarse en el informe publicado en mayo de 2021 por la cátedra libre “La conectividad como servicio esencial y garantía de derechos” creada entre la Universidad Nacional de La Plata, CATEL, COLSECOR y FEDECOBA, en donde se detalla que hasta 1999 existían 274 entidades de la economía social y solidaria prestadoras de servicios de telecomunicaciones, pasando a ser un total de 547 hacia fines de 2020. Es decir que durante el periodo de mayor auge y evolución tecnológica de las TICs, el cooperativismo acompañó este gran  crecimiento, duplicando la cantidad de licenciatarios dentro del sector[3]. Al focalizarse en los licenciatarios, es posible observar que en general se trata de entidades ya existentes que prestaban otros servicios (electricidad, agua, etc.) e incorporaron las telecomunicaciones al gestionar su licencia. En pocos casos, aunque no menos importantes, se trata de nuevas cooperativas conformadas con el propósito de prestar servicios de telecomunicaciones.

En todos los casos, la motivación y el objetivo fue el mismo, guardando semejanza con la génesis del cooperativismo de servicios públicos en nuestro país: disponer de servicios de calidad y económicamente accesibles en lugares donde las grandes empresas no llegaban.

El ritmo de crecimiento cuantitativo del sector tuvo su correlato en lo cualitativo, ya que en los últimos años muchas cooperativas de pequeños pueblos pusieron en marcha redes FTTH (Fibra óptica al hogar), enlaces ópticos de conexión interurbana y troncales de acceso mayorista, pudiendo brindar servicios de calidad y satisfaciendo demandas a partir de mejorar el poder de negociación con proveedores de tráfico internacional; especialmente a partir del 2010 con la aparición de la Red Federal de Fibra Óptica (REFEFO) de ARSAT, que logró una baja general de los precios de compra mayorista. Esta situación no solo benefició a cooperativas, sino también a muchas Pymes de las provincias , que pudieron mejorar sus costos y brindar planes de mayor velocidad, logrando así achicar la brecha desde lo territorial, posibilitando el crecimiento productivo debido a la conectividad, permitiendo el arraigo, la educación, el trabajo, etc.

Siguiendo este eje central, el miércoles 01 de Septiembre el presidente de la Nación acompañado por el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero y el ministro de Ciencia y Tecnología, Roberto Salvarezza, se reunió con el sector científico tecnológico donde estuvieron presentes organizaciones como la Agrupación Rolando García, Pueblo y Ciencia, entre otras.

En dicho encuentro Alberto Fernandez reafirmó su compromiso para promover Internet como servicio público que responda a la necesidad de brindar conectividad al alcance de todas las personas del territorio nacional. A través de su cuenta de Twitter dijo: “la conectividad debe ser un servicio público” para “impulsar un desarrollo científico y tecnológico federal” “las sociedades son ricas por su conocimiento. Eso nos llevó a recuperar el Ministerio de Ciencia y Tecnología y nos lleva a seguir trabajando para ponerlo en valor”.  [4]

Si bien es importante destacar la creación de ARSAT en el año 2006, también es necesario señalar los diferentes programas de Aportes No Reembolsables (ANR) que permiten el financiamiento para la concreción de proyectos, el despliegue de infraestructura y mejorar los servicios a los usuarios, impulsados desde diferentes organismos, principalmente desde ENACOM, como Autoridad de Aplicación del Fondo Fiduciario de Servicio Universal (FFSU), el cual es integrado con los aportes de los prestadores de servicios de telecomunicaciones, quienes deben aportar el uno por ciento (1%) de la totalidad de los ingresos devengados por su prestación. Esto se desprende de la Ley Argentina Digital N° 27.078 del año 2014, “El Servicio Universal es un concepto dinámico cuya finalidad es posibilitar el acceso de todos los habitantes de nuestro país a los Servicios TIC prestados en condiciones de calidad y a un precio justo y razonable, independientemente de su domicilio, ingreso o capacidades”. Esto también acentúa el vínculo de las Cooperativas con el Estado, mostrándolas en muchos casos como aliados estratégicos y/o con objetivos comunes, aunque al borde de lo subjetivo, ya que depende de los modelos o proyectos políticos que se lleven adelante o de las entidades que las implementen. El Estado Nacional tiene como objetivo llegar con políticas públicas a todo el territorio y principalmente a zonas más vulnerables, y las Cooperativas nacen y se desarrollan básicamente por necesidad en dichas zonas. [5-8]

En este sentido, el sector Cooperativo ha desarrollado importantes dispositivos para materializar la esencialidad de los servicios TICs., y uno de ellos fue el trabajo en conjunto a Pymes regionales, desplegando redes propias de fibra óptica vinculandose entre varias localidades, donde comparten infraestructura y servicios, compran conjuntamente, se organizan técnicamente, etc. A esto se suma el labor constante de las diferentes Cámaras o Federaciones a las que las entidades de base se encuentran asociadas.

Por lo tanto pareciera evidente que para lograr un acceso masivo a Internet a nivel nacional, resulta crucial sincronizar actividades, maximizar esfuerzos para la creación de lazos asociativos y diseñar estrategias de vinculación y consolidación de las relaciones entre diversos sectores como pymes, cooperativas, organizaciones sociales, comunidades, sindicatos, universidades, Estado nacional, provincial y municipal.

[*] Silvestris es Ingeniero en Telecomunicaciones y Magíster en Ciencias de la Ingeniería (UNRC). Director del Observatorio de Energía, Ciencia y Tecnología (OECYT) asociado a la plataforma Pueblo y Ciencia. Arcuri es Ingeniero en Telecomunicaciones, cooperativista de la provincia de Santa Fe.

Referencias:

  1. https://www.cabase.org.ar/el-32-de-los-hogares-de-argentina-hoy-no-cuenta-con-conectividad-fija-a-internet/
  2. https://www.enacom.gob.ar/licencia-unica-de-telecomunicaciones_p2360
  3. http://catedraconectividadunlp.com
  4. https://twitter.com/alferdez/status/1433201643550650368?s=20
  5. https://enacom.gob.ar/anr-peq-licenciatarios-tic
  6. https://www.enacom.gob.ar/redes-comunitarias-roberto-arias_p5147
  7. https://www.enacom.gob.ar/institucional/mas-de–570-millones-para-ampliar-la-conectividad-en-argentina_n2883
  8. https://www.argentina.gob.ar/noticias/la-secretaria-de-innovacion-publica-firmo-un-convenio-con-copitec-para-impulsar-proyectos

Este artículo fue publicado por primera vez en Ámbito Financiero